Entrevista a Rachelle Mozman Solano
El núcleo de esta serie son las fotografías a infantes de Centroamérica que viven en las nuevas zonas urbanas denominadas exurbia; áreas residenciales más allá de los suburbios habitadas normalmente por gente de clase alta y cuya aparición es producto de la demanda creciente de una segregación racial y de clase alegando motivos de seguridad.
En los retratos de Rachelle se muestra una realidad aséptica en la que los niños se mimetizan perfectamente con un entorno estéril y de un lujo extremo. Una infancia aislada y controlada en la que las sirvientas tienen más presencia que los padres, siendo ellas las encargadas de dotar a los hogares de cierta humanidad.
¿Qué te lleva a documentar estas comunidades?
Lo que me interesó en un principio era la idea del desarrollo psicológico en ese ambiente hiper-controlado y aislado socialmente. En Panamá tradicionalmente ha habido bastante convivencia entre diferentes clases y grupos sociales, pero con este fenómeno empezó un proceso de segregación que ha causado muchas divisiones.
Yo ya había documentado el exurbia estadounidense. En Panamá observé que estaba surgiendo el mismo fenómeno y me interesé por él, creo que es un modelo que importaron de los Estados Unidos. Al principio me centré en los niños y después en la relación de las cuidadoras con los niños.
¿Qué diferencias encontraste entre el exurbia estadounidense y el panameño?
En Panamá los habitantes de estas comunidades normalmente son de clase alta, ya que hay mucho contraste económico en el país y prácticamente no existe la clase media, mientras que en Estados Unidos sí suelen ser clase más media-alta.
Desde que llegó Trump, se han acentuado las divisiones y este fenómeno ha crecido.
Cuando decides hacer esta serie ¿tienes conciencia de estar abordando un tema político?
Sí, siempre me interesó tratar el tema de la relación entre clase y raza, las cuales siempre van ligadas. También me interesan todas las dinámicas sociales que arrastramos desde el colonialismo.
¿De qué manera construyes estos retratos? ¿Hay planificación?
No mucha, normalmente los retratos eran improvisados. Estas familias están muy conectadas y cuando empecé a fotografiarles les gustaba que salían bonitos con su traje de fiesta, lo cual luego fue un problema porque era complicado hacer fotos con los niños sin un traje formal.
También hay un fenómeno de cursos de modelaje, las niñas sobre todo tienen una manera de posar muy aprendida y eso fue complicado de evitar.
¿Te dejaste influenciar por tu opinión a la hora de hacer los retratos?
Sí, eso es inevitable, a parte de que la realidad habla por sí misma. Creo que los niños me veían como a una empleada y sus miradas muestran cierta superioridad, a diferencia de las sirvientas que me miraban más de tú a tú. Creo que a ellas les gustaba ser retratadas.
Normalmente utilizas el fotomontaje como herramienta principal en tus series ¿De qué manera te serviste de ella en esta serie?
Sobre todo manipulaba los exteriores de las casas para establecer una relación de interior y exterior que hablase sobre los sujetos y su situación. También estos exteriores hablan sobre la cantidad de nuevas construcciones que se están llevando a cabo en los alrededores de estas comunidades.
Me pareció muy curioso que en una entrevista a cerca de esta serie hablas de que Roger Ballen fue una de tus influencias para llevarla a cabo, ¿En qué te influenció?
De alguna manera yo sentía que estaba haciendo una serie fotográfica de horror. De él me interesa también su tratamiento onírico de la realidad, quise tomar esto de él, intentando mantener la sensación de cotidianidad.
¿Cómo fue recibida esta serie en Panamá?
Normalmente no se percibía la connotación política de estas fotografías, lo veían como simplemente unas fotos bonitas. No vendí ninguna copia, no se suele comprar mucha fotografía en Panamá, y además, la gente rica que podía permitírselas no querían comprar un retrato de sus sobrinas. Esto hizo que fuese complicado exponer ahí.
¿Estás trabajando en algún proyecto actualmente?
Estoy llevando un proyecto en el que también utilizo el vídeo y en el que hago un retrato psicológico del racismo que está retomando fuerza en Estados Unidos, estudiando su origen religioso a través de los puritanos.
También estoy haciendo un proyecto más conceptual, un estudio sobre la relación entre los Estados Unidos y Latinoamérica, sobre todo Centroamérica y el límite entre Estados Unidos y México.